El inglés que cenaba una escudilla de leche de cabra con gofio y que se tuvo que exiliar tras el golpe de los fascistas.
Javier Marrero Santana
Javier Marrero Santana vecino de El Altillo en Moya (1962), gestor socio cultural. Ha trabajado en la Junta de Canarias en la consejería de Sanidad, y con el Gobierno canario en la Dirección General de Juventud. También fue el Jefe de Servicio de Juventud de la Consejería de Asuntos Sociales Juventud y Empleo en el Cabildo de Gran Canaria.
Desde el año 1996 al año 2001 trabajó como coordinador autonómico de Cruz Roja Española y desde 2001 fue Director de los centros de acogida de menores extranjeros de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
En las empresas privadas, ha sido director de Auryn S.A.L. Servicios y promociones de Tiempo Libre y de El Fonil, gestiones socio culturales.
Miembro de la Asociación Canaria Cultuarte y de la Asociación Cultural Silvestre de Balboa. Miembro del Movimiento Internacional de Escritoras y Escritores para la Libertad, llevando la coordinación en el Archipiélago Canario. Senderista y activista.
David J. Leacock. El inglés que cenaba una escudilla de leche de cabra con gofio y que se tuvo que exiliar tras el golpe de los fascistas.
David J. Leacock, se establece en Gran Canaria de forma definitiva alrededor de 1916, al heredar, tras el fallecimiento de su padre, las propiedades que éste poseía en la isla.
Durante el periodo de la II guerra mundial y al encontrarse la isla desabastecida y padecer el archipiélago una fuerte crisis, plantó en sus terrenos judías, millo, trigo y papas que se distribuían entre los trabajadores.
En el año 1936, debido a sus simpatías con la Republica Española y al Frente Popular, después de un breve encarcelamiento y una sanción económica (el gobierno franquista no se atrevió a más, debido a las presiones del consulado británico) se tiene que exiliar de Gran Canaria, estableciéndose en Inglaterra.
Su hijo Richard , un año antes de su fallecimiento en una entrevista con el investigador Alexander Mayer Feria en París, afirmó que “su padre era un comunista convencido”.
Creó el primer consultorio médico de empresa en la zona noroeste, siendo uno de los primeros de Canarias.
Su familia no fue heredera de las tierras, según sus familiares Mister Leacok decía “que lo de los canarios tenía que ser para los canarios, porque la tierra es para el que la trabaja” y así lo dejó en testamento el 18 de agosto de 1977.
Sus restos mortales descansan en el cementerio de La Atalaya, en Guía. Quiso que lo enterrasen en la tierra que tanto amó, frente a su querida finca de Matas Blancas y en la falda de su “añorada Montaña”.
