La crisis de la monarquía española y la abolición de la trata de esclavos
Antonio Pérez García
Al acabar la Guerra de la Independencia en 1814, el Estado español se hallaba completamente arruinado. La carencia de medios económicos y financieros, y la incapacidad de sus gobernantes, después de la restauración del absolutismo, impedían la toma de decisiones necesarias y eficaces para hacer frente a los problemas que acuciaban al reino. Ello provocó una situación de abierto conflicto interno social y político, facilitó la pérdida de las colonias americanas y situó a España, en el contexto europeo posterior a las guerras napoleónicas, como un país de segundo orden susceptible de ser ninguneado a la hora de organizar el nuevo orden internacional.
La necesidad urgente de encontrar medios para financiar los gastos del Estado llevó a los gobiernos de Fernando VII a la búsqueda de todo tipo de soluciones. En este sentido, la abolición de la trata de esclavos aprobada en el Congreso de Viena de 1815 a propuesta de Gran Bretaña, se presentó como una oportunidad para la monarquía española de conseguir dinero. Para aprobar la abolición de dicha trata, España solicitó que Gran Bretaña indemnizara a los traficantes de esclavos. Una vez recibida la indemnización, el estado español utilizó el dinero para comprar barcos a Rusia con los que trasladar tropas a América para reprimir la rebelión independentista, engañando, de esta forma, tanto a quienes comerciaban con esclavos como al gobierno británico.
Aun así, los barcos comprados a Rusia nunca llegaron a salir de Cádiz, las tropas no fueron trasladadas y España perdió la mayor parte de su imperio americano.
Por último, la trata de esclavos continuó practicándose de forma clandestina en Cuba y Puerto Rico, únicas posesiones que habían quedado del antiguo imperio, con la complicidad de las autoridades españolas, contribuyendo, además, a fraguar algunas de las más importantes fortunas del capitalismo español del siglo XIX.
Antonio Pérez García es doctor en Historia, profesor de Enseñanza Secundaria de Geografía e Historia y profesor Asociado de Didáctica de las Ciencias Sociales de la ULPGC.